Es algo totalmente desacertado, tratar de enmarcar el estilo de Adolfo Alcaide dentro de una determinada tendencia. Es, más bien, un estilo absolutamente propio, personal, donde el mundo de lo ONÍRICO contrae matrimonio de poligamia con el de la imaginación, la improvisación y lo paranormal. Su expresión artística se nutre de la atemporalidad e independencia del entorno específico que continuamente percibimos. Extrañas formas, majestuosamente conjugadas, se subordinan a un trazado firme y seguro que va creando una PRODUCCIÓN ÚNICA. Un producto que logra saciar el espíritu y que estimula la crítica positiva del más exigente de los admiradores.