Rafael Martínez Ranedo
Después de cincuenta y ocho años de una vida,no sé si feliz pero sin duda afortunada, me hedado cuenta que mi actividad profesional, meha proporcionado ingresos generosos, al igualque grandes satisfacciones y mucho trabajo,pero me ha alejado de los ideales e inquietudesde mis orígenes, cuando empezaba mi vocaciónpor bellas artes.
En este punto de mi historia, he vuelto al Artepor el Arte, qué, quizás, erróneamente descartéhace mucho tiempo. He empezado el camino devuelta hacia delante y nunca he sido tanconsciente de mi existencia, nunca me hesentido tan protagonista de mi vida y nunca hedisfrutado tanto de cada momento.
Soy capaz de cambiar los escenarios a medidaque me lo permite mi capacidad creativa,rellenando cada minuto con una felicidad plena.Por todas estas razones, invito a todos, jóvenes ymayores a reinventarse cada uno, de formaperiódica.