A ti… que te apoderaste de mí, la que me llama en mis sueños, la que me despierta durante el silencio, la que ha dominado mi ser, sin suplicio ni lamentos… Si quiero hablar de ti, has hecho de mí lo que has querido, pero sabes que, que no te recrimino porque he llegado a sentir muchas cosas que voy encontrando en mi camino.
Siento la luz siento los verdes, los azules los colores alegres como el rocío de las hojas las sombras de la vida, es tanto lo que tú me iluminas que sin darme cuenta observo y observo y entre la soledad y el silencio me llevas al más puro encuentro de los sentimientos más fuertes que llevo dentro.
Si, si a ti quiero darte las gracias por apoderarte de mí, por enseñarme a brillar y a sentir, porque he aprendido contigo a perder la noción del tiempo, porque me has enseñado a vivir y hoy caminaremos juntas y perseguiremos nuestros sueños. Charlaremos largas horas como dos grandes amigas siempre listas para lo que haga falta. Empezaremos a sentirnos más seguras porque tocaste mi mundo interno, sin romper nada, por eso te pido que me abraces siempre y no me sueltes nunca, te quiero mi querida pintura.