CARLOS MÁRQUEZ
He vivido rodeado de mujeres, mi universo es femenino, he experimentado su fortaleza, su complejidad, su riqueza, su poder y eso es lo que inevitablemente plasmo en mi obra, ellas llenan de júbilo el alma y alimentan mi espíritu. Mis mujeres son libres y están en lo más alto del pedestal, no temen expresarlo todo, de no temen darlo todo, son a la vez fragilidad y fortaleza, santidad y pecado. Algunas no existen físicamente, pero sí existe lo que está ahí, en su mirada. Mis mujeres siempre están gritando algo en su silencio.
Muchas veces me dicen que soy varios artistas en uno, convive en mi lo complejo y lo diverso, como lo es todo en la vida, como lo somos todos. Yo me expongo en mi variedad con una constante, la mujer, con una paleta de color particular, con mis grafismos, texturas, y planos que dan profundidad a mi obra, mi trabajo emerge del negro y no de manchar sobre el blanco.
Soy un artista con una inquietante necesidad de trabajar, las imágenes me invaden y no puedo parar hasta que cobran vida en mi trabajo, una vez fuera todo pasa.